«Vivir para contarla» la novela más emocionante de García Márquez

Publicado: 23 abril, 2014 en Actualidade

Gabriel García Márquez (foto: El País)

Con el fallecimiento de un ilustre novelista como García Márquez se repiten, una y otra vez, los recuerdos y las referencias a sus novelas. Los que hemos disfrutado de su literatura durante tantos años nos sentimos un poco huérfanos al saber que Gabo se ha ido, a pesar de ser, también la suya, una muerte anunciada.

Mi sorpresa ha sido que estos días este blog ha recibido un número importante de visitas, concretamente a una reseña literaria que escribí en mi época universitaria sobre la que, desde mi personal punto de vista, es su mejor novela, vivir para contarla.

Para todas aquellas personas que todavía no la hayáis leído, aquí os dejo mi recomendación, aunque realmente sobran las palabras.

“La Vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y como la recuerda para contarla”.

Con esta cita comienza Gabriel García Márquez la maravillosa revelación de sus memorias, que no es sino el recuerdo de la primera treintena de su vida, por otro lado la más importante, porque en ella se nos refleja esa infancia y esa adolescencia que, como comprobará el lector, tanta importancia tendrá en sus futuras novelas.

“Vivir para Contarla” nos retrotrae a una tarde cualquiera en la librería Mundo, en Barranquilla, y al momento en que su madre, Luisa Santiaga, cruza la puerta y le pide que la acompañe a Aracataca, para vender la casa de la familia.

Ese viaje con su madre rescata sus recuerdos de infancia con sus abuelos maternos, y nos muestra la mitificación que García Márquez hizo de su abuelo, el coronel Nicolás Márquez, figura que fué inspiración de novelas como “El coronel no tiene quien le escriba”.

La descripción que nos hace de su infancia y de la ciudad donde nació nos evoca, necesariamente, la ciudad de Macondo, y el parecido irremediable entre los Márquez y la legendaria estirpe de los Buendía, y nos hace comprender la inevitable influencia que sus vivencias de niño tuvieron en su profesión de escritor, y que tanto reflejará en sus obras.

“Aquel cándido paseo de sólo dos días iba a ser tan determinante para mí, que la más larga y diligente de las vidas no me alcanzaría para contarlo. Ahora, con más de setenta y cinco años bien medidos, se que fue la decisión más importante de cuantas tuve que tomar en mi carrera de escritor. Es decir, en toda  mi vida.”

Decir que “Vivir para contarla” es una simple autobiografía es faltar a la verdad, pues desde la primera página nos es imposible escapar a la idea de que se trata de otra novela más, en la que logrará recrearnos ese real maravilloso, ese mundo mágico siempre presente en sus escritos.

Y sin embargo en esta novela (no me resignaré a llamarla de otra forma) se nos aparecen nombres tan reales como Fidel Castro y  Alvaro Mutis, íntimos amigos del escritor, o Luís Alejandro Velasco, el marino protagonista de “Diario de un naúfrago“, y que nos recuerdan que lo que leemos es tan real como la vida misma y que las penurias y fortunas que ha debido de pasar nuestro premio Nóbel parecerían imposibles si no supiéramos que son ciertas, y que son las que han permitido que gocemos de sus extraordinarias novelas.

No trato aquí de hacer un breve resumen de la Biografía (son casi seiscientas páginas de vivencias y recuerdos), sino simplemente transmitiros la inolvidable experiencia que ha sido leer esta obra, que ya se ha calificado como “guía de lectura”, imprescindible para iluminar pasajes y personajes inolvidables, y que tras estas páginas adquieren una nueva e interesante perspectiva.

Ha dicho García Márquez en una ocasión,  que la vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir, y “vivir para contarla” es una excepcional oportunidad de conocer un poco más la suya, siempre con ese lenguaje tan cercano, siempre con ese toque de humor tan característico, y con una sinceridad tal, que casi resulta asombrosa.

Deja un comentario